Cada quien tiene sus pasajes favoritos cuando se adentra en los escritos de uno u otro maestro espiritual, y en el caso de San Juan de la Cruz ,también yo tengo los míos; entre ellos está lo que conocemos como: "Las condiciones del pájaro solitario", que aparece como parte de los DICHOS DE LUZ Y AMOR, el número 120. El santo presenta primero las cinco condiciones, y luego las interpreta, las explica, como condiciones del alma contemplativa. Las cito a continuación, con la explicación que le da San Juan de la Cruz:
1. Que se va a lo más alto: Que se ha de subir sobre las cosas transitorias, no haciendo más caso de ellas que si no fuesen.
2. Que no sufre compañía: Ha de ser tan amiga de la soledad y silencio, que no sufra compañía de otra criatura.
3. Que pone el pico en el aire: Ha de poner el pico al aire del Espíritu Santo, correspondiendo a sus inspiraciones, para que, haciéndolo así, se haga más digna de su compañía.
4. Que no tiene un determinado color: No teniendo determinación en ninguna cosa, sino en lo que es voluntad de Dios.
5. Que canta suavemente: En la contemplación y el amor de su Esposo.
Este es un texto que, como me pasa con otros, incluso bíblicos, me motivan porque no consigo captar (o compartir) del todo su verdad; me hacen pensar, me inquietan o hasta me irritan. Y los rumio una y otra vez a lo largo del tiempo. En el caso de este, me lo quiero apropiar, pero me parece que puede acabar resultando un poco, sino muy, desencarnado, como otros pasajes del santo con los que no puedo reconciliarme del todo.
Esta vez consigo encontrarle un sentido más abierto, más cercano a la mayoría de los cristianos, y sin desautorizar a Juan de la Cruz, les propongo mi interpretación personal a esas cinco condiciones:
1. Que se va a lo más alto: que busca a Dios, y lo pone en el centro de su vida.
2. Que no sufre compañía: que se aparta de todo lo que la aleja de Dios, pero no de quienes como ella ponen a Dios en el centro o buscan sinceramente la verdad.
3. Que pone el pico en el aire: que está abierta a la escucha de la Palabra, que le sirve de alimento, y a la voz de Dios en el Mundo.
4. Que no tiene determinado color: que es muy libre, con la libertad que da Cristo, y el ser hijo de Dios.
5. Que canta suavemente: que ama, que es compasivo, que trabaja por la justicia; que su vida es un canto nuevo de alegría y alabanza.
Pienso que a los maestros espirituales se les escucha atentamente, pero también se les discute, y si aprendemos de ellos no creo que les preocupe el hecho de que acabemos sacando también nuestras propias ideas y conclusiones. San Juan de la Cruz es hijo de su tiempo, de una visión teológica y espiritual concretas, y eso, a pesar de su genialidad, le condiciona. Por eso, aprovechando su fiesta en este 2018 he querido también contradecirle en algo, si es que se entiende así, como parte de mi homenaje y celebración de su memoria. Tal vez el pájaro contemplativo, no por ser solitario, ha de dejar de ser solidario, y creo que nuestro santo lo fue, sensible siempre a las necesidades de sus hermanos/as.
Qué Él ruegue siempre por nosotros.
Qué Él ruegue siempre por nosotros.
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