"A ustedes les llamo amigos, porque todo lo que oí de mi padre se los he comunicado". Estas palabras de Jesús, a menudo olvidadas, encierran la clave más iluminadora para entender y vivir la relación con el Dios revelado en Jesucristo. Podemos decir que la amistad con Cristo es, de alguna manera, el núcleo de la vida cristiana y la fuente de toda espiritualidad de seguimiento de Cristo.
Toda la actuación de Jesús está marcada por el signo de la amistad. Todo viene inspirado, guiado y unificado por su actitud amistosa hacia las gentes. Este es el dato fundamental del que ha de partir nuestra reflexión.
La amistad es una forma de amor que se caracteriza, sobre todo, por la atención afectuosa al amigo, la búsqueda de comunión y la entrega personal a promover el bien de la persona amada. No es difícil encontrar en Jesús los rasgos propios de ese amor de amistad. Su presencia entre la gente, su acogida a todos, están dirigidos por su amor y su entrega amistosa. No es el interés lo que mueve su vida. No actúa por miedo, desconfianza o resentimiento. Su relación con las personas no está oscurecida por la sed de dominio o la manipulación. El actuar de Jesús es amor".
José Antonio Pagola.
Dios amigo.
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