Tercer domingo: DOMINGO DEL AGUA. Encuentro de Jesús con la mujer samaritana. Pasaje precioso del Evangelio de Juan (4, 5-42), que presenta un diálogo progresivo entre Jesús, la mujer samaritana y sus vecinos. Jesús inicia el diálogo pidiendo de beber, y luego habla del don de Dios y del agua viva que calma definitivamente la sed y brota y salta constantemente, hasta la vida eterna. Cierra con el testimonio compartido: Jesús es el salvador del mundo. Con el agua bautismal, fue derramado el amor de Dios en nuestras vidas, y no quedaremos defraudados.
Cuarto domingo: DOMINGO DE LA LUZ. Encuentro de Jesús con un hombre ciego de nacimiento, también tomado este relato del Evangelio de Juan (9, 1-41); y también la narración va progresando para mostrar la iluminación progresiva de quien había vivido hasta ese momento en tinieblas (Un hombre llamado Jesús, un profeta, uno que me hizo ver, el Hijo...). Con el agua bautismal recibimos también la LUZ de la fe, una nueva visión, una claridad meridiana que nos permite establecer prioridades y alcanzar una nueva libertad.
Quinto domingo: DOMINGO DE LA VIDA. En Juan 11, 1-45; la muerte de Lázaro, hermano de Marta y María, amigos cercanos de Jesús, es oportunidad para mostrar que la propuesta que trae el Señor es camino de VIDA. No meramente de reanimación corporal, sino de verdadera resurrección, renacimiento, porque entramos a formar parte de un cuerpo mayor, el de Cristo. Jesús, una vez recibido el testimonio de María y tras llorar con ella, fue al sepulcro de Lázaro y le llamó: Sal fuera... Así también la voz inconfundible de Jesús nos ha llamado para salir del pecado y de la muerte, y entrar en la vida verdadera.
Fray Manuel de Jesús, ocd
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