El siguiente texto es de RICARDO FRANCO, tomado de facebook, y lo comparto parcialmente:
"Yo no me hice cristiano para discutir cómo comulgar en tiempos pandémicos, o para disertar sobre el celibato de los curas. Tampoco me interesó el cristianismo por los trapitos y bordados de los pasos de Semana Santa, ni las novenas a san Antonio bendito.
Yo vengo de un mundo roto y conocí a quien podría arreglarlo. Sobre las ruinas de mi vida, alguien ha construido una casa nueva, llena de luz y de alegría. Por eso me hice cristiano. Alguno pensará que soy un privilegiado. Pero seguramente a él o a ella, Dios le ha ahorrado el sufrimiento que en mí sí ha permitido. Así que poco privilegio puedo tener, excepto el de haber conocido a Jesús, verdaderamente resucitado.
Por eso os invito a vosotros cristianos, que os hagáis de nuevo cristianos. Porque el tiempo que viene es nuestro tiempo. No será una cristiandad de trompetas y conquistas en Jerusalén, ni de imposición de espadas con la excusa de la cruz, sino el tiempo de nuestra entrega, tal y como Jesús se ha entregado. Suena raro, ya lo sé. Ya os sabéis la frase. Ya os lo sabéis todo. Pero dentro de unos meses- aunque podríamos empezar ya mismo-, se nos va a ofrecer la posibilidad de imitar a nuestro Maestro.
No en la perfección, claro, sino en la entrega de nuestra espalda a quien pueda necesitarla. Todo lo que no sea esto, es palabrería y divertimento clerical que a nadie le interesa, menos todavía al hambriento y al desvalido...
Somos cristianos para estos momentos de la historia, no para disertar al calor de la chimenea sobre políticas civiles o clericales, o lo mala que fue la izquierda con la Iglesia, como si nosotros meáramos agua bendita. Somos cristianos para este momento. Hemos sido llamados para este momento...
Venimos anunciando quejumbrosos la caída inexorable de este injusto sistema que nos ha encadenado a una rueda inhumana. Hemos cacareado a tiempo y a destiempo la inmoralidad de una época, su relativo relativismo excepto para la mentira a la que se abraza lujuriosamente. Hemos manoseado la expresión "sociedad líquida" de Bauman, como si alguna vez le hubiéramos leído, mientras nuestras manos de cristianos ayudaban a romper el recipiente en el que ese líquido se mantenía.
Pues bien, ahora ya podemos ser, actuar, pensar, y amar como cristianos. No habrá que esconderse porque nos van buscar para darles de comer. No para darles el coñazo, ni para juzgar su vida -eso lo hacen los fariseos- sino para darles de comer y descansar de sus fatigas.
Así que os invito a ser cristianos. Os puedo necesitar yo. Me podéis necesitar vosotros, ¿quién sabe? La pena es que haya que esperar a una circunstancia como la que se nos viene para darnos cuenta del tiempo perdido en habladurías, opiniones e intereses creados.
Amigos. No se puede servir a Dios y al dinero. Porque Dios es un mendigo celoso de afecto y el dinero no deja espacio para otra cosa que la codicia y el pánico a perderlo.
RICARDO FRANCO
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.