lunes, 31 de mayo de 2021

PURA VIDA

 

Nadie escoge a su familia o a su raza, cuando nace, 

ni el ser rico, pobre, bueno, malo, valiente o cobarde. 
Nacemos de una decisión donde no fuimos consultados, 
y nadie puede prometernos resultados. 
Cuando nacemos no sabemos ni siquiera nuestro nombre, 
ni cual será nuestro sendero, ni lo que el futuro esconde. 

Entre el bautizo y el entierro cada cual hace un camino, 
y con sus decisiones, un destino.

Somos una baraja más de un juego que otro ha comenzado, 
y cada cual apostará según la mano que ha heredado. 
La vida es una puerta donde no te cobran por la entrada, 
y el alma es el tiquete que, al vivir, te rasgan cuando pagas. 
Y cada paso crea una huella, y cada huella es una historia, 
y cada ayer es una estrella en el cielo de la memoria.

Y la marea del tiempo lleva y trae nuestras contradicciones, 
y entre regreso y despedida cicatrizan los errores. 
Y cada amigo es la familia que escogemos entre extraños, 
y entre la espera y el encuentro uno aprende con los años 
que solamente a la conciencia nuestro espíritu responde, 
y que una cosa es ser varón y otra es ser hombre.

Nadie escoge a su familia, o a su raza, cuando nace, 
ni el ser bueno, malo, lindo, feo, inocente o culpable. 
Del nacimiento hasta la muerte toda vida es una apuesta: 
de nuestra voluntad depende la respuesta.

¡Sueño por un mundo diferente, 
donde nuestro amor nunca se acabe! 
¡Luchen por un mundo diferente, 
donde nuestro amor nunca se apague!

Rubén Blades

https://youtu.be/DMunT7sIdBE

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