El Evangelio de Mateo, redactado en torno a los años 80 y 90, tiene la preocupación de mostrar que en Jesús se cumplen las profecías hechas por Dios al pueblo judío. Por eso dice muchas veces: Esto sucedió para que se cumpliera lo que dice la Escritura... Lo hace porque los destinatarios de este Evangelio son las comunidades de judíos convertidos que vivían en ese momento una crisis profunda de fe y de identidad. Después de la destrucción de Jerusalén en el año 70, los fariseos quedaron como grupo superviviente del judaísmo y asumieron el liderazgo del pueblo. En los años 80, cuando empezaron a reorganizarse, creció la oposición entre judíos y cristianos, y estos últimos terminaron siendo excomulgados de la sinagoga y separados del pueblo de las promesas. Entonces aparecieron las dudas: ¿Será que nos equivocamos? ¿Es Jesús realmente el mesías esperado? ¿Quién es el verdadero pueblo de Dios?
Es para ese grupo que Mateo escribe su evangelio, como "Evangelio de la consolación" para ayudarles a superar el trauma de la ruptura; como "Evangelio de la revelación" para mostrar que Jesús es el verdadero mesías, el nuevo Moisés, en quien se realizan las promesas; como "Evangelio de la nueva práctica" para enseñar el camino de cómo alcanzar la nueva justicia, mayor que la justicia de los fariseos.
Mateo es el evangelista que más veces cita el Antiguo Testamento para demostrar que hay continuidad entre el camino del pueblo elegido y la persona de Jesús; en Jesús se cumplen la ley y los profetas, y él es la realización y la perfección de las Escrituras judías. Él ha venido al mundo para establecer el reinado de Dios, ya anunciado en la alianza de Dios con su pueblo.
Pero, con la venida de Cristo, esta alianza ya no se limita al pueblo hebreo, sino que se extiende a todos los pueblos de la tierra. Mateo se dirige a una comunidad de hebreos cristianos, perseguida por la sinagoga, y la invita a una apertura hacia los gentiles. Es como aquel escriba sabio del que habla Jesús: sabe sacar de su tesoro lo que es antiguo y lo que es nuevo.
Durante este nuevo ciclo litúrgico leeremos preferentemente el Evangelio de Mateo, de modo que tengamos presente todo esto a la hora de interpretar sus pasajes.
(Ideas tomadas de: PAN DE LA PALABRA)
(Ideas tomadas de: PAN DE LA PALABRA)
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