CAMINO DE ADVIENTO…según los Prefacios de la Misa en el Canon romano.
En verdad
es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo Señor nuestro.
Él vino por primera vez en la humildad
de nuestra carne,
para realizar el plan de redención trazado desde antiguo,
y nos abrió el camino de la salvación;
para que, cuando venga por segunda vez
en el esplendor de su grandeza,
podamos recibir los bienes prometidos
que ahora aguardamos en vigilante espera.
(confiamos alcanzar)
¿Y CUANDO SERÁ ESTO?
Tú has
querido ocultarnos el día y la hora en que Cristo, tu Hijo,
Señor y Juez de la Historia,
aparecerá sobre las nubes del cielo revestido de poder y de gloria.
En aquel día, tremendo y glorioso al mismo tiempo,
pasará la figura de este mundo
y nacerán los cielos nuevos y la tierra
nueva.
El Señor se manifestará entonces lleno de gloria (lleno de alegría).
el mismo que viene ahora a nuestro
encuentro
en cada hombre y en cada acontecimiento,
para que lo recibamos en la fe
y para que demos testimonio por el amor,
de la espera dichosa de su reino.
PROTAGONISTAS DEL ADVIENTO:
A Él que
había sido anunciado por los profetas (Isaías)
la Virgen Madre lo llevó en su seno con amor inefable (María);
Juan Bautista proclamó la inminencia de su venida (El precursor)
y reveló su presencia entre los hombres.
PERO MARÍA TIENE UN LUGAR
ESPECIAL…
Del antiguo
adversario nos vino la ruina,
pero en el seno virginal de la hija de Sión recibió la vida
aquél que nos nutre con el pan de los ángeles,
y surgieron para todo el género humano
la salvación y la paz.
La gracia que perdimos por Eva nos fue devuelta en María;
su maternidad redimida del pecado y de la muerte,
se abre al don de una vida nueva.
para que, donde abundó el pecado sobreabundara tu misericordia
por Cristo, nuestro Salvador.
¿QUÉ DEBEMOS
HACER, CÓMO ESPERAR A CRISTO?
El mismo
Señor nos concede ahora
preparar con alegría el misterio de
su nacimiento,
para que su llegada nos encuentre
perseverantes en la oración
y proclamando gozosamente su alabanza.
Al
acercarse el tiempo en que ha de llegar tu Enviado
y amanecer el día de nuestra salvación,
llenos de confianza en tus promesas,
cantamos, Padre, con filial alegría,
el himno de tu gloria…
CONSECUENCIAS DE LA ENCARNACIÓN…
Porque Él
es el Salvador
que en tu misericordia y fidelidad
prometiste al hombre extraviado,
para que su verdad instruyera a los
ignorantes,
su santidad justificara a los pecadores
y su fuerza sostuviera a los débiles.
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