Algunas ideas tomadas de "La religión dce Jesús", de José María Castillo, me valen para seguir entendiendo los pasajes del Evangelio de Juan que leemos durante este último tiempo de Pascua en nuestras celebraciones, y seguir creciendo en el seguimiento de Jesús:
"El Evangelio de Juan establece un criterio sobrecogedor: Para dar fruto, el grano de trigo tiene que fracasar y morir (Juan 12, 34-36). Jesús, para producir frutos, tuvo que morir. Aquí está la piedra dura en la que los cristianos nos partimos los dientes, porque nunca la acabamos de masticar y digerir. Porque hemos asociado el fruto al éxito, a la influencia, al poder y a las alianzas con otros poderes, que poco o nada tienen que ver con Jesús... ¿No tendremos que volver a ser grano de trigo que se pudre y muere para así dar fruto?".
"Resulta desagradable constatar que mucha gente asocia a Dios, a Jesús, a la religión, más con la tristeza y el sufrimiento que con la alegría y la felicidad. Aquí tenemos una de las deformaciones más fuertes de la fe cristiana. Una deformación que ha deformado también a Jesús, al Evangelio y a Dios. De lo cual la Iglesia también se ha resentido, y no poco. Mientras que en el tejido social no se relacione espontáneamente la práctica religiosa con la alegría, difícil le va a resultar a las religiones hacer llegar su mensaje a la gente, empezando por el cristianismo y la Iglesia".
"El problema fuerte que hoy tenemos los cristianos no está en que la Iglesia esté en crisis y el laicismo sea cada vez más fuerte. El problema está en que nuestra religión ha puesto sus preocupaciones en cosas que ni menciona el Evangelio, mientras que el centro del Evangelio ha quedado desplazado, y está a merced de los caprichos o intereses de cada cual".
"La actitud propia del creyente, de todos los creyentes, es la escucha. Porque nada ni nadie, en este mundo, puede tener el monopolio del Espíritu... Todos tenemos que escuchar porque todos tenemos que aprender".
Como apunté en el título de la entrada, tres verbos para vivir el seguimiento en la vida cotidiana, encontrando cada uno modos concretos de hacerlo:
ESCUCHAR, MORIR, PERMANECER...
Como apunté en el título de la entrada, tres verbos para vivir el seguimiento en la vida cotidiana, encontrando cada uno modos concretos de hacerlo:
ESCUCHAR, MORIR, PERMANECER...
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