miércoles, 21 de diciembre de 2022

EL ADVIENTO NO SE ACABA... LA NAVIDAD TAMPOCO

Va terminando el tiempo litúrgico de ADVIENTO, y el domingo pasado encendimos el último cirio de la corona; senda de luces interiores que nos permite abrir un camino en nuestra vida al que siempre viene como Luz. Leíamos el pasaje de Mateo que cuenta la anunciación a José, dudoso en recibir a María como mujer ante las sorpresa de su prematuro embarazo; el ángel le habla en sueños comunicándole el plan de Dios para él y José acepta, como María aceptará también en el relato de Lucas que hemos leído luego esta semana. Pocos días para la NAVIDAD, y la Virgen sigue soñando caminos para nosotros, como antes soñó ella los caminos de Dios para que Jesús pudiera venir al mundo.

El domingo hablé de la gradualidad de la revelación de Dios en los textos proféticos de la Escritura, y luego también el lunes comenté acerca de las antífonas para estos días con los títulos mesiánicos y sobre el carácter de los relatos de la infancia de Jesús; sobre estos temas hay entradas anteriores en el blog. Debemos ser capaces de leer y mirar más allá de las palabras del relato bíblico y encontrar claves para entender nuestra vida cotidiana: pensar que siempre es adviento y siempre también momento de volver a nacer. 

Encuentro algo que escribí en años anteriores por estas fechas y lo comparto a continuación:

Hemos recorrido el camino de Adviento, y ya estamos a las puertas de la Navidad: cuatro domingos y cuatro estaciones: la confianza, la esperanza, la alegría y la disponibilidad, para que el amor encuentre un lugar donde renacer. Los cuatro cirios que encendimos domingo tras domingo se han gastado en el camino, pero ahora vemos la luz de una estrella que señala el lugar donde nacerá una vez más la esperanza. Pero fíjate: no es un lugar hermoso, grande, fuerte, sino un sitio marginal, sencillo, débil... Dice la tradición que los padres del niño no encontraron sitio, y acabaron en un establo, lleno de animales, y allí vino al mundo lo tan anhelado, sin que la mayoría se diese cuenta. Las cosas importantes no siempre llegan a nuestra vida entre fanfarrias, sino despacio, en silencio, imperceptiblemente. Nosotros hemos hecho el recorrido de la restauración, y por eso ahora nuestros ojos pueden ver la luz, el rostro que ilumina, la llamada de la salvación. "Confiemos en la vida, porque no tenemos que vivirla solos: Dios está con nosotros". Recibámoslo hoy y siempre, porque él nace y viene a nosotros constantemente, de muchas formas y por muchos caminos. 

La Navidad es el misterio de un encuentro, el del hombre con un Dios que se hace hombre, y por ello, un Dios que está en cada semejante, hombre o mujer, y exige reconocimiento. Pero nuestros ojos suelen buscar a Dios en las mediaciones y perderlo de vista en lo más suyo, y más mío, olvidando las palabras de la Escritura: "No te cierres a tu propia carne". En el misterio de la Noche Buena, toda la humanidad ha sido elevada a un nivel superior, capacitada para nuevas posibilidades y llamada a dar un nuevo testimonio. "Desde NAVIDAD anda Dios de camino en busca y con el corazón en ascuas...". Pero tristemente como aquella noche santa, algunos "creen en todo: en cada ceremonia, en cada costumbre; en lo único que no creen es en el Dios vivo
( Las citas entre comillas son de Alfred Delp)

Mis deseos son que tengan todos los que pasan por el blog una FELIZ NAVIDAD.

Fray Manuel de Jesús, ocd.


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