lunes, 5 de diciembre de 2022

EL ADVENIMIENTO DEL REINO (Segunda semana de Adviento)

¿Qué hemos de esperar, como humanos y como creyentes, de nuestro futuro? Los profetas, especialmente Isaías, nos lo irán revelando llenos de una esperanza indefectible, paciente, fiducial. Todo lo que hay de desierto en nuestro presente será transformado en vergel .El inmenso yermo que nos rodea irá siendo regado por los ríos, fuentes, manantiales del espíritu. Detrás de estás imágenes está la promesa eficaz del renacimiento y el despertar como nuevas creaturas, y el perdón de los pecados. 

 Pero ahora no vivimos en la pura  expectación. Con Cristo han entrado ya en la historia las primicias de las promesas. Por eso la liturgia de Adviento menciona a las grandes figuras "fronterizas" del advenimiento del Reino. 

 En primer lugar, Elías. Elías volvería a aparecer, según la piedad popular de los judíos, cuando fuera ya inminente la llegada del final. Con Jesús ha llegado la inminencia del final y por eso nos dice Mateo en su evangelio: "Elías ha venido" (17,12).

 En segundo lugar aparece Juan Bautista. Juan es la figura que marca la línea divisoria entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, entre el tiempo antes de Cristo y después de Cristo. Por aquí pasa la frontera que separa una historia que vive de la pura esperanza y otra, la nuestra, que empieza a poseer ya los bienes esperados, los bienes mesiánicos. Aunque esta posesión sigue estando amasada con el dolor, el esfuerzo, la persecución

LECTURAS DE SEMANA

Lunes: Isaías 35, 1-10 (Una corriente de gozo atraviesa todas las cosas, anunciando al Dios que viene, y el pueblo redimido camina por un desierto transformado).

Martes: Isaías 40, 1-11 (Adelanto del gozoso evangelio de que Dios perdona y viene, para acompañar a los desterrados a una nueva tierra, y en el anuncio ya está Dios visible).

Miércoles: Isaías 40, 25-31 (La angustia del destierro pone un velo en los ojos y oculta al Dios salvador; el profeta invita a mirar la creación y a sentir presente la fuerza del salvador).

Jueves: Inmaculada Concepción

Viernes: Isaías 48, 17-19 (No basta que Dios prometa; el pueblo ha de hacer suyas esas promesas, comprometerse con el proyecto de Dios).

Sábado: Eclesiástico 48, 1-4.9-11 (Elías, como precursor de la era mesiánica; símbolo del juicio de Dios, antes de la reconciliación).


SALMOS (Antífonas)

Lunes: Nuestro Dios viene y nos salvará (84).

Martes: Nuestro Dios llega con poder (95).

Miércoles: Bendice, alma mía, al Señor (102).

Viernes: El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida (1).

Sábado: Oh, Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve (79).


EVANGELIO

Lunes: Lucas 5, 17-26. Jesús y el paralítico. La salvación que trae Jesús no ignora las necesidades materiales del ser humano, porque viene a liberar al hombre entero. 

Martes: Mateo 18, 12-14. Dios no quiere que se le pierda ninguno de los suyos; debemos salir de nuestros límites religiosos para buscar a Jesús y a los que son suyos, más allá de las fronteras de la Iglesia. 

Miércoles: Mateo 11, 28-30. Vengan a mí todos los cansados. Todo intento de atemorizar la conciencia con exageraciones escatológicas o nimiedades no tiene  nada que ver con el yugo llevadero y la carga ligera que anuncia y promete Jesús. 

Viernes: Mateo 11, 16-19. Más que puritanismo estéril, capacidad de discernimiento para reconocer los signos de Dios en nuestro tiempo y nuestro mundo.

Sábado: Mateo 17, 10-13. Reconocer a los profetas de antes y de ahora es estar advertidos de los obstáculos y combates del presente.


(DE: MISAL DE LA COMUNIDAD, y Fray Manuel de Jesús, ocd )

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