sábado, 6 de abril de 2019

PRIMERO EL PERDÓN, DESPUÉS EL ARREPENTIMIENTO

"No recuerden lo de antaño, no piensen en lo antiguo; 
miren que realizo algo nuevo; 
ya está brotando, ¿no lo notan?" (Isaías).

"No con mi propia justicia basada en la ley, 
sino con aquella que nace de la fe en Cristo, 
la justicia que Dios concede al que cree
(Filipenses).

"El que no tenga pecado que tire la primera piedra". 
"Tampoco yo te condeno"
 (Juan).

El Hijo, que se manifiesta como el Padre Dios, no juzga a nadie. Y ese será el mayor crimen de Jesús y por él será juzgado y condenado: por no juzgar ni condenar. Jesús es la mejor muestra de la manera como Dios perdona a sus hijas y a sus hijos. Tradicionalmente pensamos que el perdón de Dios llega a nosotros después de nuestro arrepentimiento. Pero en realidad eso no es así. Primero es el perdón. 
Es Dios quien nos busca, quien  por puro amor nos perdona. El arrepentimiento viene después, es la consecuencia de sentir un amor sin límites que rompe toda lógica humana de revancha, posibilitando así nuevamente la vida. En el perdón Dios vuelve a decirle a cada uno de sus hijos: Tú eres un ser posible, porque eres amado de una manera única, la manera de Dios

Podemos cantar siempre con el salmista:
"El Señor ha estado grande con nosotros
y estamos alegre".

La alegría brota de saber que Dios hace posible siempre el perdón.
¡Qué bueno sería que dejásemos de hacernos daño unos a otros!.
Que dejásemos de arrojarnos piedras y nos abrazásemos como hermanos.

Vivamos la Pascua con la alegría de saber que el Padre Dios nos mira con amor y nos convoca, siempre, a la vida en plenitud. 

(Con ideas del Diario Bíblico 2019)



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