sábado, 20 de abril de 2019

UN CRISTO DE CARNE Y HUESO

De qué quiere usted la imagen
Preguntó el imaginero,
Tenemos santos de pino,
Hay imágenes de yeso
Mire este Cristo yacente
Madera de puro cedro
Depende de quien la encarga
Una familia o un templo
O si el único objetivo
Es ponerla en un museo


Déjeme pues que le explique
Lo que de verdad deseo

Yo necesito una imagen
De Jesús el galileo
Que refleje su fracaso
Intentando un mundo nuevo
Que conmueva las conciencias
Y cambie los pensamientos
Yo no la quiero encerrada
En iglesias y conventos,

Ni en casa de una familia
Para presidir sus rezos
No es para llevarla en andas
Cargada por costaleros
Yo quiero una imagen viva
De un Jesús hombre, sufriendo,
Que ilumine a quien la mire
El corazón y el cerebro

Que den ganas de bajarlo
De su cruz y del tormento,
Y quien contemple esa imagen
No quede mirando un muerto
Ni que con ojos de artista
Sólo contemple un objeto
Ante el que exclame admirado
¡que torturado mas bello!

Perdóneme si le digo,
Responde el imaginero
Que aquí no hallara seguro
La imagen del Nazareno

Vaya a buscarla en las calles
Entre las gentes sin techo
En hospicios y hospitales
Donde haya gente muriendo
En los centros de acogida
En que abandonan a viejos
En el pueblo marginado
Entre los niños hambrientos
En mujeres maltratadas
En personas sin empleo

Pero la imagen de Cristo
No la busque en los museos
No la busque en las estatuas
En los altares y templos
Ni siga en las procesiones
Los pasos del Nazareno
No la busque de madera
De bronce de piedra o yeso
¡mejor busque entre los pobres
Su imagen de carne y hueso ¡

Gabriela Mistral

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