"Mi oración, Dios mío, es esta:
Hiere, hiere la raíz de la miseria en mi corazón.
Dame fuerza para llevar ligero
mis alegrías y mis pesares.
Dame fuerza para que mi amor dé frutos útiles.
Dame fuerza para no renegar nunca del pobre,
ni doblar la rodilla al poder del insolente.
Dame fuerza para levantar mi pensamiento
sobre la pequeñez cotidiana.
Dame fuerza, en fin, para rendir mi fuerza
enamorado, a tu voluntad".
Rabindranath Tagore
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