jueves, 6 de junio de 2019

LOS DERECHOS DEL PRÓJIMO...

La Declaración de Derechos Humanos es de ayer, como quien dice, y no hace tanto tiempo las mujeres no podían ni votar, no se consideraban aptas, ni se les admitía en las universidades; y hubo un tiempo en que esclavizar a un ser humano era legalmente permitido, o en que existían leyes que garantizaban que un blanco era superior a un negro, o a cualquier otra raza humana.Hubo un tiempo en que se quitaba la vida a otro porque pensaba diferente al al rey o al emperador o al tirano de turno, o porque su credo religioso no era el de la mayoría, o el del que mandaba e imponía a todos lo suyo. Todo eso era legal, y lo imponían las autoridades a la fuerza, pero además el consenso de los "buenos" y la interpretación de los iniciados lo hacían ver moralmente justo, y así era apoyado por las mayorías. 

Es bueno pensar estas cosas hoy, cuando nos apuntamos a ciertas campañas en las redes, que miran más supuestas leyes que la dignidad del prójimo y sus derechos. Hoy, cuando todavía en muchos lugares del planeta miles no disfrutan de esos derechos, empiezan a llegarme mensajes en los que los presidentes de Estados Unidos o de Rusia parecen ser los portavoces de la moral cristiana. Quede claro: no son de mi grupo, no los quiero de mi parte, no me gusta lo que ellos defienden ni el modo en que lo hacen.

Para mí ser cristiano es amar a todos, mirándoles como les mira Cristo, no juzgando sino acogiendo, perdonando y sanando del único modo posible: con amor. Nadie queda fuera del amor de Dios; esta humanidad imperfecta, que anhela y busca a su manera plenitud, es la misma por la que, según mi credo, Jesús entregó la vida y nos dio VIDA.

Soy parte de ella y con ella camino; sus pecados y sus culpas son las mías. No me veo en otra parte, ni más arriba ni más digno que otros. No me gusta lo que veo en las redes sociales: mucho odio, mucha intolerancia, poquísima capacidad de comunión. Repartimos mensajes que claman por animales abandonados, y al momento deseamos la muerte y el sufrimiento a quien opine lo contrario.

No sé si es coherente todo lo que aquí escribí, tal vez lo modifique en unos días, pero ahora mismo necesitaba compartirlo.

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